19.01.26. Desvelo
Estoy sentado frente a un computador, decidido a escribir a pesar de las desdichas por hacer algo productivo.
Dormir solo, sentir un dolor en el corazón era un despertar desesperante. Cada salto me llevaba a inspeccionar la habitación con la esperanza de encontrar su compañía junto a mí. Desafortunadamente, lo único que me mantenía cuerdo a creer que estaba conmigo, era un sueño, un sueño hostil y sombrío. Una voz me decía, “esto es desamor ‘despierta’, y no solo será la única vez que lo sientas. No es el fin”.
No podía lidiar con el sueño, no podía soñar como debía hacerlo, en paz, sin la preocupación del que sucederá y que le sucederá a esa persona. Si, ¿va a hacer feliz?, si ¿va hacer feliz sin mí?, o ¿porque no era feliz conmigo?. El error estuvo en no apreciar lo que tenía, dándole énfasis a pequeños detalles, insignificantes.
El viento por la madrugada era intenso. Todo se sacudía hasta mi locura. Cada ruido, cada sonido, cada luz tenue; era lo que me mantenía despierto. Mi cuerpo estaba cansado mi mente tambien, lo único que quería era poder llegar a lo profundo de mi sueño (dejar de sentir dolor por un momento). Mi paranoia, y cada orinorauta era una realidad y una fantasía, miraba su presencia dentro cada sueño pero solo miraba odio, desprecio y coraje en su rostro. Mi alma gemía, mi cuerpo sufría. Un pequeño rechinar en la cama de mi hermano, con la esperanza de verlo a él o al menos la esperada compañía de esa persona. Ni mi hermano, ni aquel, solo un rechinar.
Estoy, perplejo...
Pocos meses antes de conocerte le escribí a la humanidad. Algunos me juzgaron por muy sensible, y otros, simplemente sintieron pena ajena:
"Quizá, ése Dios, miró su única creación totalmente dependiente de él, se preocupó tanto que decidió darle esperanza de vida. Su única creación capaz de razonar, de pensar, sentir, y entender dejándolo solo, lejos de la vista de él, preguntándose aquellos sobre su origen y su última descendencia.
¡Siéntanse felices! – Exclamé – porque su Dios, está feliz por cuán lejos han llegado sin depender de él. Ahora, él quizá esté por partir a un nuevo Edén para instruir a una nueva generación como nosotros, si no la encuentra, afortunadamente siga buscando hasta encontrarla en el fin de los tiempos.”
Dormir solo, sentir un dolor en el corazón era un despertar desesperante. Cada salto me llevaba a inspeccionar la habitación con la esperanza de encontrar su compañía junto a mí. Desafortunadamente, lo único que me mantenía cuerdo a creer que estaba conmigo, era un sueño, un sueño hostil y sombrío. Una voz me decía, “esto es desamor ‘despierta’, y no solo será la única vez que lo sientas. No es el fin”.
No podía lidiar con el sueño, no podía soñar como debía hacerlo, en paz, sin la preocupación del que sucederá y que le sucederá a esa persona. Si, ¿va a hacer feliz?, si ¿va hacer feliz sin mí?, o ¿porque no era feliz conmigo?. El error estuvo en no apreciar lo que tenía, dándole énfasis a pequeños detalles, insignificantes.
El viento por la madrugada era intenso. Todo se sacudía hasta mi locura. Cada ruido, cada sonido, cada luz tenue; era lo que me mantenía despierto. Mi cuerpo estaba cansado mi mente tambien, lo único que quería era poder llegar a lo profundo de mi sueño (dejar de sentir dolor por un momento). Mi paranoia, y cada orinorauta era una realidad y una fantasía, miraba su presencia dentro cada sueño pero solo miraba odio, desprecio y coraje en su rostro. Mi alma gemía, mi cuerpo sufría. Un pequeño rechinar en la cama de mi hermano, con la esperanza de verlo a él o al menos la esperada compañía de esa persona. Ni mi hermano, ni aquel, solo un rechinar.
Estoy, perplejo...
Pocos meses antes de conocerte le escribí a la humanidad. Algunos me juzgaron por muy sensible, y otros, simplemente sintieron pena ajena:
"Quizá, ése Dios, miró su única creación totalmente dependiente de él, se preocupó tanto que decidió darle esperanza de vida. Su única creación capaz de razonar, de pensar, sentir, y entender dejándolo solo, lejos de la vista de él, preguntándose aquellos sobre su origen y su última descendencia.
¡Siéntanse felices! – Exclamé – porque su Dios, está feliz por cuán lejos han llegado sin depender de él. Ahora, él quizá esté por partir a un nuevo Edén para instruir a una nueva generación como nosotros, si no la encuentra, afortunadamente siga buscando hasta encontrarla en el fin de los tiempos.”

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