19.01.20. Refugio
Soy Esteban. Apenas veo esto y siento que es una manera de comenzar una nueva vida.
Había una fuerte tormenta, y cada cierta hora, teníamos que asegurar y reforzar nuestra morada antes de que el agua nos sumergiera. Mis hermanos y yo veíamos desde la ventana el desastre que ocasionaba este fenómeno. La casa en que estábamos, no era de nosotros, desconozco completamente de quien era, y donde estaba, y que hacia allí. El agua llegaba hasta nuestra puerta con el temor de que no nos inundáramos. La profundidad del agua era inmensa. Una alarma sonaba cada que vez que se pronosticaba un gran sifón. La alarma se podía ver desde la penumbra, era una luz blanca que titilaba y encandilaba lo suficiente.En un abrir y cerrar de ojos, ya me encontraba con amigos de un ex-compañero de trabajo. Entre ese grupo, una chica admiraba un as de fotografías que cargaba conmigo. Ella presumía las suyas y yo las mías, encantándonos uno al otro viendo la nitidez de cada foto. Mientras ella buscaba en su repertorio, miré una foto, y de inmediato dije:
- Esa foto es mía, yo la capturé hace mucho tiempo...
Desperté, sabiendo que la foto que había tomado, era un amanecer sin luz, donde una silueta oscura de un pueblo y montañas, tenía como protagonista, la silueta oscura de una cruz, nombrando así, "La bendición del día".
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